IMAGINA…
Una vida que aún no has vivido.
Sabes que eres tú, porque reconoces tu cara, pero hay algo diferente. ¿Qué es?
Descubres que tienes un brillo especial en los ojos. Una mirada que transmite seguridad, pero a la vez serenidad.
Te ves feliz.
A medida que pasan los minutos, vas entendiendo que en realidad se trata de la vida que siempre soñaste vivir. El argumento está en tu cabeza, sin embargo el guión es mucho mejor de lo que jamás hubieras podido imaginar.
¡Estás fascinado!
Y ahí estás, frente a ti mismo en una gran pantalla.
Te invade una sensación de felicidad absoluta y no quieres que la película llegue a su fin.
¿Y ahora qué?
No quieres irte de ese lugar, quieres darle al play otra vez para volver a experimentar ese inmenso bienestar.
Pero la pantalla ya no está allí.
Estoy yo, aquí y ahora, y te pregunto:
Tengo un plan de acción y quiero compartirlo contigo”.